Los más de 28 mil fallecidos por el virus que registramos se traducen en una mortalidad de 85,8 muertes por cada 100.000 habitantes.

Perú pasó a ser el país con la mayor mortalidad del mundo por la COVID-19, después de que Bélgica corrigiera su cifra de fallecidos por el nuevo coronavirus y restara 121 decesos a su balance del impacto de la enfermedad.
La rectificación de las autoridades belgas hizo que nuestro país ostente ahora ese récord mundial, una marca que era cuestión de días que alcanzara, pues el brote está lejos de ser controlado y las muertes se suceden por centenares en el sexto país del mundo con más casos confirmados al acumular más de 607.000 contagios.

Los 28.000 fallecidos por el virus SARS-CoV-2 que registra Perú se traducen en una mortalidad de 85,8 muertes por cada 100.000 habitantes, resultado de dividir el número de decesos por su población nacional de 32,6 millones de habitantes, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI).
MUERTES BAJO SOSPECHA
Esto contrasta con el caso de Perú, donde todavía existen miles de muertes sospechosas de coronavirus que no están incluidas en los reportes del Gobierno.
En total son más de 65.000 los fallecidos en exceso registrados desde el inicio de la pandemia en comparación a años anteriores, pues, desde marzo, los fallecimientos a nivel nacional se han incrementado en un 120 % respecto a los dos años anteriores.
Las muertes sospechosas ascienden en Perú a 10.443, según el último reporte publicado el 18 de agosto por el Centro Nacional de Epidemiología, Prevención y Control de Enfermedades del Ministerio de Salud.